A lo largo de los años y, no importa el
país, la cultura o la religión, la mujer ha sufrido violencia de parte de los
hombres. Estos son testimonios de mujeres que han sido secuestradas y
mantenidas cautivas por hombres, por países o por gobiernos, pero siempre
víctimas de alguien que no las dejaba escapar. Sobre ellas ejercieron maltrato físico, psicológico y abuso sexual. Algunas pudieron salir de esas
terribles situaciones, mientras que otras no, pero aun así conocemos sus historias.
Un hecho verídico estremecedor. Unos
1.500 € es el precio por el que Muthana Muhsen vendió a sus hijas, Zana, de
quince años, y Nadia, de catorce. Después de unas fantásticas vacaciones, las
niñas fueron obligadas a casarse, fueron humilladas y se convirtieron en
prisioneras en un pueblo perdido del Yemen. Zana ha logrado huir del infierno,
pero su hermana todavía sigue allí...
María
Seoane. Bravas
Alicia fue secuestrada en la ESMA en
1977 y Pirí fue asesinada el 18 de febrero de 1978, exactamente el mismo día,
pero 40 años después del suicidio de su abuelo Leopoldo en el Tigre.
Alicia Eguren y Pirí Lugones fueron
escritoras, periodistas, editoras, traductoras y conspiradoras. Protagonistas
de una violencia que consideraron una fatalidad, se involucraron de lleno en la
construcción de un destino colectivo de justicia y solidaridad, y participaron
de todos los debates sobre el destino de la Argentina, América latina y el
Tercer Mundo.
Alicia y Pirí nacieron en los años
veinte. Alicia, primogénita de una familia de profesionales de cuño radical y
peronista; Pirí, nieta del gran poeta nacional Leopoldo Lugones, intelectual
del régimen de la derecha conservadora y golpista de los años 30, e hija del
policía que introdujo de la picana eléctrica para la persecución de opositores.
Ambas estudiaron Filosofía y Letras,
lucharon contra el sometimiento de las mujeres, creyeron en el sexo libre y
conocieron el amor entre las sábanas de la revolución junto a intelectuales y
militantes de fuste: John William Cooke y Rodolfo Walsh.
Ambas fueron nacionalistas, guevaristas
y defensoras de la epopeya rebelde en Cuba. La vida de Alicia estuvo marcada
por clandestinidades, destierros y pérdidas. La vida de Pirí por pasiones,
desafíos y suicidios.
Las dos iluminaron la vanguardia
cultural y política de los años sesenta y setenta en la Argentina.
Perseguidas y asesinadas por la
dictadura militar, ambas se merecen esta memoria.
Annick
Cojean. Las cautivas
En 2011, poco después de la muerte de
Gadafi, Annick Cojean, reportera de Le Monde, viaja a Libia para investigar
sobre el papel de las mujeres durante la revolución. De regreso de este viaje
revelador, la periodista publica el artículo «Una esclava sexual de Gadafi
cuenta su calvario», la historia de Soraya, una joven de veintidós años. Cojean
cuenta cómo, a los quince años, la chica fue elegida para ofrecer un ramo de
flores al dictador, que respondió al regalo con una caricia en su cabello. Un
gesto dirigido en realidad a sus guardias, que quería decir «ésta es la que
quiero». «Al día siguiente –escribe Cojean en su artículo– Salma, Mabruka y
Faiza, tres mujeres en uniforme, consagradas al servicio del dictador, se
presentan en la peluquería de su madre. Gadafi quiere verte. La adolescente las
sigue de buen grado. ¿Cómo sospechar algo? Era el héroe, el príncipe de Sirte.»
Y Gadafi la secuestraría para convertirla en su esclava sexual.
La historia de Soraya es el detonante de
Las cautivas, un libro donde se denuncian por primera vez los abusos sexuales
del «Guía», del supuesto defensor de los derechos de las mujeres en el mundo
árabe, en un país en el que la violación es una mancha que contamina a todo el
clan, tabú supremo. Y la autora nos conduce al corazón mismo de las tinieblas.
Betty
Mahmoody y William Hoffer. No me iré sin mi hija
Esta es la historia, increíble pero
real, de una mujer que supo enfrentar la adversidad con un coraje
verdaderamente admirable. El doctor Sayyed Mahmoody, su mujer americana Betty y
la hija de ambos, de cinco años de edad, partieron de los Estados Unidos hacia
Irán, la tierra natal de Mahmoody. Habían decidido tomarse dos semanas de
vacaciones para que la familia paterna conociera a la niña. Al llegar a
Teherán, el doctor Mahmoody comunicó sorpresivamente a su mujer que se
quedarían a vivir para siempre en Irán. Betty y su hija deberían adaptarse a
una cultura extraña y hostil, donde las mujeres son seres inferiores, huérfanos
de todo derecho. Virtual prisionera de su familia política, Betty decidió
escapar de su calvario. Pero no quería abandonar a su hija.
En algunos países, las mujeres no cuentan;
se limitan a padecer una existencia que incluye abusos y atropellos
inimaginables: matrimonios a la fuerza, esclavitud sexual, ejecuciones crueles
y sumarias. Esta es la historia verídica de una mujer nacida en la opulencia de
la familia real de Arabia Saudí y que tuvo el valor de desafiar las normas y
tradiciones que la obligaban a vivir en una jaula dorada. La princesa Sultana
poseía cuatro mansiones en tres continentes, un jet privado y una incalculable
fortuna. Pero no tenía libertad ni control sobre sus propios actos. Oculta tras
su chador, era una prisionera, y los carceleros sus padres, su esposo, sus
hijos. Aun a riesgo de ser condenada a muerte, Sultana revela la terrible
opresión padecida por las mujeres saudies de todas las extracciones sociales. Y
lo hace con honestidad y detalle, describiendo su calvario personal y las
arbitrarias circunstancias que lo han hecho posible... Testimonio real de una
mujer de gran coraje, Sultana es un esclarecedor retrato de la dura realidad de
la condición femenina en el mundo árabe.
Natascha Kampush. 3096 dias
Natascha Kampusch relata los ocho años
de secuestro que sufrió a manos de Wolfgang Priklopil, un ingeniero en
electrónica de mediana edad que vivía a escasos kilómetros de la familia
Kampusch en Viena. Un testimonio desgarrador sobre el instinto de supervivencia
en el que una niña de 10 años establece una relación de dependencia con su
secuestrador para poder sobrevivir en un zulo de apenas cinco metros cuadrados,
iluminado por una sola bombilla y aireado por un ventilador renqueante que gira
día y noche.
Ella explica y razona cómo para
sobrevivir tenía que obligarse a sí misma a perdonar a diario los abusos
sufridos para poder aguantar un día más la tortura física y psicológica. La
pérdida de contacto con la realidad la debilita tanto que tiene que hacerse una
reconstrucción mental para lograr reunir fuerzas y conseguir escapar de ese
infierno.
Hector Ruiz Núñez y María Seoane. La noche de los lápices
Muchos episodios políticos conmovieron a
la Argentina en las últimas cuatro décadas, pero pocos han dejado huellas tan
profundas en nuestra conciencia social como el ocurrido el 16 de septiembre de
1976 en la ciudad de La Plata, cuando un grupo de estudiantes secundarios que
luchaban por la reincorporación del boleto escolar gratuito fueron brutalmente
secuestrados y torturados durante meses en un campo clandestino de detención.
Todos ellos tenían entre catorce y dieciocho años; sólo uno sobrevivió del Pozo
de Banfieid: Pablo Díaz, y se encargó de contar al mundo esta tragedia. Tiempo
después, otra estudiante, Emilce Moler, ratificó con su testimonio lo ocurrido.
La noche de los lápices es mucho más que una investigación. María Seoane y
Héctor Ruiz Núñez bucearon en los recuerdos de familiares y amigos, en los
cuadernos y papeles personales de cada una de las víctimas para desentrañar sus
sueños y expectativas truncas, y los superpusieron al retrato de una Argentina
paralizada por el terror y el autoritarismo.
Tanto que, desde su aparición en 1986,
el libro se convirtió en un clásico instantáneo (traducido al alemán, italiano,
portugués; llevado al cine por Héctor Olivera), no sólo por exponer aspectos
fundamentales de la historia política de nuestros adolescentes, sino por su
contribución a la toma de conciencia, en adultos y jóvenes por igual, de la
defensa de la libertad y la condena a toda forma de autoritarismo.
Gabriela
Saidón. Cautivas
Esta es la increíble historia de las
cautivas correntinas, cinco mujeres de la alta sociedad correntina que en 1865,
durante la Guerra de la Triple Alianza, fueron secuestradas por orden directa
del mariscal Francisco Solano López, junto con dos de sus hijos. Primero fueron
conducidas a los oscuros, fríos y malolientes calabozos del Cabildo y luego al
Paraguay, donde vivieron durante cuatro años una terrible odisea, soportando
las más duras condiciones. Sólo cuatro de ellas volvieron. A partir de entonces,
el imaginario popular no dudó en dar por sentado que habían sido violadas y
víctimas de maltratos. La mayoría de los maridos de las prisioneras eran
oficiales a cargo de la defensa de Corrientes, todos partidarios del gobernador
depuesto Manuel Ignacio Lagraña. Gabriela Saidon indagó en la historia y en el
testimonio de sus familiares para contar un drama soslayado y silenciado por el
trabajo del tiempo. ¿Por qué las secuestraron? ¿Por qué a ellas? ¿Qué sucedió
durante el cautiverio? ¿Por qué una de ellas no volvió?
En 2014 Nadia Murad, una joven de
veintiún años de la minoría yazidí, vio cómo las tropas del Estado Islámico
atacaban su aldea en el norte de Irak. Aquel día las milicias acabaron con
dieciocho miembros de su familia.
A ella la secuestraron, junto a otras
miles de mujeres y niñas, y la vendieron como esclava sexual. Los soldados la
torturaron y violaron durante tres meses, hasta que logró escapar a Alemania.
Una vez allí, se propuso contar su historia para que no fuera olvidada,
instando a líderes de todo el mundo a detener los crímenes del Estado Islámico
y el genocidio de su pueblo. Ahora, por primera vez, cuenta cómo fue su
peligroso viaje hacia la libertad.
Clara
Rojas. Cautiva
Clara Rojas es secuestrada por las FARC
cuando acompañaba a la entonces candidata presidencial Ingrid Betancourt en una
gira por el sur del país. Transcurrirían seis años antes de que ambas fueran
liberadas. ¿Qué pasó durante ese interminable cautiverio? ¿Cómo se sobrevive en
la selva en las condiciones más precarias? ¿Cómo resistir el trato inhumano de
la guerrilla? ¿Cómo soportar la indigencia total, el aislamiento, el riesgo
permanente de morir? En fin, ¿cómo reaccionar cuando se descubre, en semejante
contexto, que se está embarazada?.
Clara Rojas narra desde el fondo de su
corazón una espantosa experiencia: el traumatismo del rapto, la vida cotidiana
en cautividad, las tensiones entre los secuestrados, sus tentativas de evasión
y las relaciones con los guerrilleros, así como su amistad con Ingrid
Betancourt, que no resistió esa difícil prueba.
El embarazo y el nacimiento de su hijo,
Emmanuel, en pavorosas circunstancias. Su inmenso dolor cuando, ocho meses
después, las FARC le arrebataron al bebé. Los tres años de lucha para
reencontrarse con su hijo. Su euforia cuando, por fin, pudo tomarlo en sus
brazos. La autora nos hace compartir su historia, su valor, su fe. Nos confía
sus sufrimientos, sus heridas y sus momentos de felicidad cuando la esperanza
se impuso a la barbarie.
Gabriela
Saidon. La montonera
Legendaria y trágica, la historia de
Norma Arrostito constituye uno de los capítulos relegados de la vida política
argentina de los setenta. Con curiosidad, rigor v un ritmo narrativo intenso,
Gabriela Saidon nos cuenta esa historia y nos permite asomarnos a un personaje
con perfiles paradójicos, una joven de clase media nutrida con la amargura de
la Revolución Libertadora primero y con el mandato de cambiar el mundo después.
Si el destino particular de Arrostito arroja luz es porque su papel no fue el
de una heroína o una víctima, sino porque refleja ampliamente los conflictos y
los pactos de una época que reclama, por convulsiva y violenta, lucidez y
entendimiento.
A cuarenta años de los hechos que relata
este libro, que agotó sus dos ediciones previas, revelaciones y nuevas lecturas
se agregan para una edición definitiva que permite una interpretación más justa
de la vida y el contexto de esa otra mujer evitada por la historia argentina.
.
BONUS:
Emma Donoghue. La habitación
Para Jack, un niño de cinco años, Room
(Habitación) es el mundo entero, el lugar donde nació, donde come, juega y
aprende. Por la noche, Mamá lo pone a dormir en el Armario, por viene el Viejo
Nick ... Para su madre, Room (Habitación) es el cubículo donde lleva siete años
encerrada. Con gran tesón e ingenio, ha creado en ese reducido espacio una vida
para su hijo, y su amor por él es lo único que le permite soportar lo
insoportable. Pero la curiosidad de uno crece a la par que la desesperación de
la otra. Sólo queda urdir la huida, un plan más arriesgado de lo que ambos
puedan imagina
¿Han leído alguno de ellos o tienen otros para recordar?
No olviden comentar.
Merci Bookú
"... In case I don't see ya, Good Afternoon, Good Evening, and Good Night! ..."
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