jueves, 1 de febrero de 2018

RESEÑA: No Me Iré Sin Mi Hija - Betty Mahmoody / William Hoffer




Autores: Betty Mahmoody y William Hoffer
Título: No me iré sin mi hija
Título original: Not without my daughter
Traducción: M. Emilia Negri Beltrán
Editorial: Emecé
Páginas: 375   

 
Betty, su marido, Sayyed Bozorg Mahmoody "Moody", y su hija, Mahtab, viajaron a Irán en agosto de 1984. Su marido dijo que sería una visita de dos semanas a su familia en Teherán. Una vez que las dos semanas pasaron, el marido se negó a permitir que su esposa e hija se fueran. Mahmoody quedó atrapada en una cultura hostil a las mujeres, una familia hostil a ella, y un marido abusivo. De acuerdo con el libro, el esposo le separó de su hija durante semanas. También fue golpeada y amenazada de muerte si intentaba huir. Ella finalmente logró huir con su hija.
 



Betty y Moody en su casamiento
Todo comienza con una mujer que se siente insegura acerca de su viaje a Irán. Betty Mahmoody aceptó conocer a la familia de su marido Moody en Irán, aunque el miedo la embargaba desde un inicio: temía que su marido no las dejara salir del país una vez llegado al lugar. Llevaban varios años juntos siendo una familia típica norteamericana, con una hija de cinco años, tenían casa, auto y estabilidad. Pero cuando los parientes de Moody van cayendo de visita, a la casa en EEUU, en todo momento le dicen que sería bueno que vean a la familia en Irán. Betty, aunque tiene sus dudas termina aceptando el viaje. Pero sus miedos se vuelven realidad y tanto su hija Mahtob, como ella están condenadas a vivir en un país que desconocen, al que le temen por sus políticas contra los derechos de las mujeres y con un marido que demuestra una nueva cara, una más violenta que la del amoroso marido que tuvo en Estados Unidos.

­­—Realmente no sé cómo decírtelo­­- manifestó—. No nos iremos a casa. Nos quedaremos aquí.
Aunque había previsto en qué podía terminar esta conversación, no pude contener mi rabia al oír finalmente sus palabras. Salté de la cama.
—¡Mentiroso! ¡Mentiroso! ¡Mentiroso! ̶ grité— ¿Cómo puedes hacerme esto? Conoces el único motivo por el que vine aquí. ¡Tienes que dejarme volver a mi país!
Moody también lo sabía, pero aparentemente no le importaba.
Ante Mahtob, que nos miraba sin poder comprender el significado de ese misterioso cambio en la conducta de su padre, Moody gruñó:
̶ —No tengo por qué dejarte volver a tu país. Tienes que hacer lo que yo te digo y vas a quedarte aquí. ̶ Me tomó por lo brazos y me arrojó en la cama (…) ­­ ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­— Y te quedarás aquí por el resto de tu vida ¿Entiendes? No vas a salir de Irán. Te quedarán aquí hasta el día de tu muerte.


Betty Mahmoody cuenta a través del libro, junto con el periodista William Hoffer, toda su travesía en ese país tan desconocido, atrasado para lo que estaba acostumbrada en su Estados Unidos natal. Podemos ver el miedo y la tristeza que la embargan una y otra vez, al mismo tiempo debe mantener la cabeza fría pensando estrategias para poder escapar del lugar.

Betty con su hija Mahtob firmando un libro

El toque del periodista, Hoffer, no se puede pasar por alto: en la historia está bien mechado todo lo que es el día a día en Irán, anécdotas, pero al mismo tiempo hay capítulos en el medio que nos relata la vida en Estados Unidos, cómo se conocieron y los problemas que venían enfrentando a lo largo de su relación de pareja. Esto es mano exclusiva de la narrativa elegida por el periodista, si bien el relato está contado en primera persona como si Betty decidiera toda la estructura de la novela. No está contada de forma cronológica. La novela mantiene muy bien su ritmo y la tensión va creciendo, donde parece que Betty está muy sola en un inicio y va encontrando gente dispuesta a escucharla y ayudarla.

Betty se arriesga mucho en sus salidas, desde el inicio parece encontrar gente buena en las calles dispuesta a ayudarla, porque el rol de la Embajada es muy pobre y la única recomendación que parecen darle todo el tiempo es que vuelva a su país, pero sin su hija. Ambas son ciudadanas iraníes, ella por casarse con uno y su hija por nacer de uno, aunque hayan nacido en Estados Unidos.

Además, la insensibilidad del marido que la obliga a estar separada de su familia en Estados Unidos; Betty tenía dos hijos, resultado de un anterior matrimonio, Joe y John, y existía una situación familiar más grave relacionada a su padre que padecía una enfermedad terminal seria: cáncer de colon. Lleva a una esposa americana a vivir a Irán donde abundan los cantos contra el país, noticias sobre lo mal que están, el odio bajado desde la religión y la política hacia los ciudadanos comunes.

Pronto oí un espantoso griterío que entraba por las ventanas.
Maag barg Amrika! Coreaban las voces al unísono desde los tejados alrededor de nosotros. En ese momento ya conocía bien la frase, pues la oía continuamente en los noticiarios iranios. Significaba “¡Abajo los Estados Unidos!”.
Maag barg Amrika! El grito aumentaba en volumen y apasionamiento. Me tapé los oídos porque el rugido fanatico no disminuía.
Maag barg Amrika!
Lloré por Mahtob que estaba en la terraza con el resto de la familia, debatiéndose en las garras de un padre maníaco que le exigía que se pusiera en contra de su país.
Maag barg Amrika! Esa noche en Teherán catorce millones de voces sonaban al unísono.

Así vamos conociendo también sobre la política y religión en Irán. Como el shah, antiguo gobernante que tendía a la occidentalización del país fue quitado del poder y reemplazado; ahora el todopoderoso en el país es el líder religioso el Ayatolla Komehini, quien es fundamentalista del islam y antiamericano. A través de este cambio político es que cambia la mente de muchos iraníes que viven en el extranjero viendo con buenos ojos ahora a Iran, entre ellos Moody, quien comenzó a hablar más de política y a reunirse con más compatriotas entusiasmado con estos nuevos rumbos. Hasta que finalmente decidió volver a su país de origen.



 LA MUJER EN IRAN
 
Morteza Kautozian. Preocupada
Betty tiene algo que le admiro mucho y es que es una persona independiente que sabe manejarse sola. Si bien terminó en un país en el que el destino de las mujeres es triste y encorsetado, ella ya venía cumpliendo con ese rol de mujer desde Estados Unidos. Porque ve que las cosas no están funcionando en su relación con Moody, hay cosas que no le gustan, situaciones previas a la que se terminó dando con su llegada a Irán. Pero su rol de mujer, ya divorciada anteriormente, hace que se establezca con este hombre como para no estar sola. 

Betty trabajaba y era una persona que luego de un largo matrimonio con el padre de sus dos hijos anteriores, tuvo que aprender a dejar de ser ama de casa, trabajar y manejarse sola. Pero su nuevo casamiento con Moody hace que ella cayera en ese rol nuevamente; era la esposa de un médico –anestesista osteópata que ganaba en Norteamérica alrededor de cien mil dólares anuales-, por lo tanto se comportaba más como su asistente, siempre tirando a favor de él y su carrera. Por esto digo que el rol de esposa se la comió, no hizo caso al miedo, a la intuición de no ir a Irán. 

Pero esos años en los que Betty tuvo que manejarse sola en la vida, saber sobre papeles, trabajo, manejarse sola y demás cosas, hizo que sus movimientos en las calles de Irán sean precisos. Siempre podía sacar cosas a favor de una salida por Teherán, sabía manejarse entre taxis, cuáles eran convenientes, cuáles no, viajar en autobuses, caminar por las calles. Y el marido sabe que tiene esta clase de mujer, porque la sigue usando, ahora como una sirvienta a quien darle órdenes o de quien esperar que logre todo sola pero que quede bien él en su estatus de marido de la estadounidense.

El viaje a Irán de cualquier manera se ve como algo que no se podía esquivar de ninguna manera, fue un sacrificio que la madre tuvo que hacer en pos de mantenerse con su hija, Mahtob. ¿Qué hubiese pasado si Betty se divorciaba de Moody en Estados Unidos? ¿No se llevaría a Mahtob a Irán en una de los fines de semana que le tocara la tenencia? En tales circunstancias realmente Betty no hubiese tenido oportunidad alguna de recuperar a su hija. Betty se sacrificó por su hija, en el fondo creía que su marido no la traicionaría de esa manera, porque convengamos que el marido era muy perfil bajo y hacía lo que ella le decía, pero finalmente sus miedos se confirmaron.

Moody y Mahtob



A Betty le es un poco sorpresivo cuando recién están saliendo del aeropuerto, hacia la casa de la hermana de Moody, que le regalan ropa típica del lugar –la que obligan a usar a las mujeres donde está cubierto todo el cuerpo con excepción del rostro- cuando le habían prometido antes que, al ser extranjera, no se vería obligada a usarla:

Ameh Bozorg dijo algo que Moody tradujo: “El tapado se llama Montoe. Es lo que usamos. El nombre del pañuelo es Roosarie. En Irán tendrás que usar esto para salir a la calle”.
No era eso lo que me habían dicho. Cuando Mammal, el cuarto hijo de Baba Hajji y Ameh Bozorg propuso estas vacaciones durante su visita a Michigan, dijo: “Para salir a la calle tienes que usar mangas largas, un pañuelo en la cabeza y medias oscuras”. Pero no mencionó el tapado largo y opresivo en medio del endemoniado calor del verano.
-No te preocupes por eso –dijo Moody-. Te lo dio como un regalo. Sólo tienes que usarlo cuando salgas a la calle.


Observa y debe cumplir las imposiciones de vestimenta y comportamiento sobre las mujeres, quienes están supeditadas al hombre de la familia a la que pertenecen. Controlados en la vía pública por los pasdar, una fuerza de policía que patrullaba las calles.

Algo que me desconcierta mucho es el rol de la familia para con toda esta situación de maltrato y encierro que sufre Betty, comenzando por el hecho de prohibirle salir del país. Porque si bien en un inicio parece algo planeado por toda la familia, sacamos rápidas conclusiones de “se pusieron todos de acuerdo, la familia entera, para secuestrar a la madre y a la hija”, con el avance el del libro una queda en brumas. 

Las primeras acciones hacen pensar contra toda la familia, porque el relato de Betty es desde el rencor de lo que le sucedió, todo lo que ve es malo y repulsivo, desde la gente, las narices, las moscas, el lenguaje, las no sonrisas. Pero no se termina sabiendo bien qué sucede, ella al no comprender el idioma del lugar se pierde de mucha información de la familia de Moody, yo sospecho más que el marido no le dice a la familia que la obliga a quedarse, sino que queda más sentado que iban a quedarse y la esposa parece ser muy exquisita, que se queja de todo. No se termina sabiendo qué traman, y quién es más perverso en todo esto.

Morteza Kautozian. Sin titulo

Moody se vuelve muy violento, cada vez más, parece por el afán de tapar todo lo que tuvo que ceder en Estados Unidos ante su esposa y su familia. La maltrata, le pega, la amenaza y la familia y amigos no se quieren meter en medio de las peleas. En realidad, ya es una cosa cultural porque tienen una pelea grave en la escuela de Mahtob y las maestras tampoco intervienen.

Mahtob y yo seguíamos sollozando. Nasserine se sentó en la cama y colocó sus brazos sobre mis hombros.
—No te preocupes—me tranquilizó—. Todo saldrá bien.
—¿Está bien? — dije con incredulidad—. ¿Está bien que me haya golpeado así? ¿Está bien que me diga que va a matarme?
Nasserine trató de consolarme lo mejor que pudo, de explicarme las reglas de ese horrible país.
—No podemos ponernos en contra del Dahejoon.
Mahtob prestó atención a sus palabras y cuando observé ssus ojos llenos de agrimas tratando de comprender las cosas, me corrió otro escalofrío causado por un nuevo y terrible pensamiento.  ¿Qué pasaría si realmente Moody me matara? ¿Qué sería de Mahtob? ¿La mataría también a ella? ¿O era lo suficiente joven y dócil como para ir aceptando esta locura como normal? ¿Se convertiría en una mujer como Nasserine o Essey, ocultando su belleza, su espíritu, su inteligencia bajo un chador? ¿Moody la casaría con algún primo que la golpearía y luego le haría niños deformes y de ojos vacíos?
—No podemos ponernos en contra del Dahejoon— repetí Nasserine— pero está bien. Todos los hombres son así.
—No —contesté con aspereza—. Todos los hombres no son así.
—Sí —me aseguró solemnemente— Mammal me trata igual. Reza hace lo mismo con Essey. Todos los hombres son así.

A través de estas diferentes situaciones vemos cómo el trato que se les da a las mujeres parece algo corriente y natural, no alarma a nadie dentro de esa sociedad y se juzga a la mujer por haber hecho algo mal que provocó la violencia del marido.



En síntesis, No me iré sin mi hija es un libro que me pareció interesante. Es testimonio de la situación de Irán, de las mujeres que viven bajo las severas normas impuestas allí y puso el foco sobre la situación de las extranjeras que por leyes iraníes pierden derechos sobre sus hijos. Seguimos el trajín diario de Betty para aprender todo lo que pueda de ése entorno hostil para lograr adaptarse, sólo aparentemente, y lograr así su objetivo final de huir con su hija querida. 
Lo recomendaría a todo el mundo pero muy especialmente a las madres que lo lean creo que les conmovería y a quien le interese historias de mujeres fuertes.






Es la sección en la que pongo una canción elegida por mí, que me parece que combina perfectamente con la trama del libro reseñado:



 BookSoundtrack para " No Me Iré Sin Mi Hija ":  
1001 Nights    de    Lhasa de Sela

Préstenle atención a la letra y verán...





I have no way to prove it
( No tengo manera de probarlo )
No proof but I believe
( No tengo pruebas pero tengo fe )
A thousand and one nights of this and then I will be free
( Mil y una noches de ésto y seré libre )

My prison will be broken down, the dark will come undone
( Mi prisión caerá rota, la oscuridad será deshecha )
A thousand and one nights of this and then the change will come
( Mil y una noches de ésto y seré libre )

A garden growing undergroung
( Un jardín creciendo bajo suelo )

A treasure waiting to be found
( Un tesoro esperando ser hallado )
A bird that never makes a sound
( Un pájaro que nunca hace sonido )

You don't have to believe it but just you wait and see
( No tienes por qué creerlo pero espera y verás )



Merci Bookú

 "... In case I don't see ya, Good Afternoon, Good Evening, and Good Night! ..."

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