Es necesario
convivir con la gente, no podemos estar aislados y viviendo en cavernas.
Debemos aceptar encontrarnos con los otros, sea familia, amigos, compañeros de trabajo o conocidos. Y nos veremos las caras más de una vez en cenas, cumpleaños, fiestas,
navidades y reuniones informales. Pero también pasa, de vez en cuando, que, lo que parecía ser en
un principio una celebración por el reencuentro, termina siendo una pesadilla
de la que se quiere huir tan pronto el ambiente se enrarece.
¡Empecemos!