Este año se cumple un nuevo aniversario de este blog. Todavía me sorprende que haya pasado ese
tiempo desde el momento en que, finalmente, decidí poner manos a la obra.
Para celebrarlo simplemente quiero hablar acerca de una especie de serendipia, o casualidad que tanto me gustan, que sucedió entre una de mis lecturas actuales y una película que recientemente vi.
Estoy leyendo el libro "Tratado sobre
los vampiros" escrito por un abad llamado Augustin Calmet en
el siglo XVIII, que teóricamente es una especie de compendio acerca de
apariciones de vampiros, considerado una especie de "primer manual de
vampirología".
" viajemos con la imaginacion al siglo XVIII. En 1749, el abad de Sénones, en Lorena, daba a las prensas sendas disertaciones sobre apariciones de espíritus y sobre los vampiros o revenans (sic, sin la T final; es decir, "revinientes" o "redivivos") de Hungría, de Moravia, etc. El abad de Sénones era un sabio benedictino llamado Dom Augustin Calmet. Había nacido en 1672, moriría en París en 1757"
Está resultando ser una lectura mucho más extensa de lo que creía y cada capítulo está encarado de modo diferente.
No me voy a extender acerca de la lectura porque esto no es una reseña. Me quiero enfocar en algo muy, muy específico. En uno de los capítulos que me pareció interesante se hizo referencia a "vestigios de vampirismo en la antigüedad" y se mencionan figuras mitológicas tales como Lamias, Estrigas. A quienes se las acusaba de "chupar la sangre de los vivos y causarles la muerte, las hechiceras que se decía que mataban a los niños recién nacidos por medio de encantamientos y de maleficios".
Este capítulo, dicho por el propio autor, no tiene
que ver con los vampiros, no tiene que ver con lo atribuido a vampiros.
Entonces mientras lo leía me llamaba la atención, pero a la vez este libro está
lleno de momentos "¿con qué necesidad?"
Como a mí me encanta leer acerca de mitologías me puse a investigar acerca de las Lamias y las Estrigas, de esa manera complemento la lectura, y el personaje en el que me quiero centrar es en Lamia. Forma parte de la mitología grecorromana, según el historiador griego Diodoro Siculo,
Lamia era una reina de Libia de quien el dios Zeus se "enamoró" (dios muy propenso a acosar bellezas y en varias otras historias ponerse a violar féminas). En este caso particular lo único que dicen es que Zeus admiraba su belleza y que la diosa Hera un día, al enterarse de esto, llena de celos se quiere vengar de la reina (en vez de vengarse de Zeus que siempre hacía lo mismo y blablablá).
El castigo que preparó para Lamia fue sumamente psicópata y cruel: mató despiadadamente a sus hijos -excepto a Escila- delante de la reina para que esta presenciara su sufrimiento sin tener forma de evitarlo. Algunas versiones dicen que Hera luego la convirtió en monstruo, otras versiones refieren que llevada por su enorme tristeza Lamia se transformó en monstruo con cuerpo de serpiente y pechos de mujer. Como sea, también Hera la condenó a no poder cerrar sus ojos nunca más.
La mitología solía atribuirle a su figura la idea de peligrosas mujeres mataban a recién nacidos o devoraban a niños o les chupaban la sangre.
Al inicio dije que quiero relacionar esta lectura con una película que vi recientemente: quiero hablar de la película guatemalteca "La llorona" (2019).
¿Acerca de qué trata esta película?
Al inicio presenciamos un juicio en Guatemala donde víctimas del genocidio perpetrado por el general Monteverde, durante la década de los '80, testimonian denunciando los horrores que sufrieron. Lo hacen buscando justicia, buscando que paguen con la cárcel aquellos que realizaron matanzas (exterminando al 33 por ciento de la población maya-ixil). Desde el inicio engancha la historia absolutamente.
El guion es excepcional y refrescante para tratar la mitología latinoamericana de La llorona, dándole una vuelta de tuerca, brindándole un origen y leiv motiv de búsqueda de justicia por lo que le ha sucedido tanto a ella como a su familia. Obviamente percibí un paralelismo entre el mito de la Lamia y la de la Llorona.
Tradicionalmente la historia de La llorona suele
incluir los elementos de pérdida de sus hijos, con su consecuente dolor y
búsqueda de los mismos siendo que su presencia se nota en las noches al
escuchar sus lamentos clamando, llorando.
Quiero recomendar muchísimo esta película, siento que es
todo lo que está bien. Es de las
mejores películas que vi en el año (sí, aunque recién haya comenzado el año):
tiene buen guion, buenas actuaciones, personajes femeninos movilizadores, muy
cuidado estéticamente, una muy buena dosis de justicia divina o justicia
proveniente desde el más allá.
No alcanzan las palabras para describir varios
aspectos positivos (algunos aspectos pequeños del guion me parece que hubiera
sido bueno aclarar, pero nada le quita el mérito).
Esta película está dirigida por Jayro
Bustamante siendo la tercera película de su autoría. Causó tan buena
impresión en mí que deseo ver sus otras dos películas.
Siento que ambas figuras, la Lamia y la
Llorona, representan a las mujeres que sufrieron injusticias tanto ellas mismas
sobre sus cuerpos como sobre los de sus seres queridos y son popularmente
tildadas de "monstruos" y que lo refrescante de la película que les
recomiendo con todo mi ser es ver cómo ese dolor, cómo esa tragedia deriva en
esta historia guatemalteca tan bien narrada.
Llegamos a seis años del blog, esperemos
que lleguen muchos más.
Por lo pronto tanto mi persona como ustedes
que llegaron a leer esto hemos sobrevivido al 2020 pandemioso y eso, por sí
mismo, es motivo de celebración.
Les agradezco por leer todo esto y les
agradecería más si se dieran la oportunidad de ver esta película. Se merece ganar todos los premios
fílmicos a los que esté nominado -y también a los que no esté nominado jaja-.
Empezamos el 2021 así.
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