Autor: Elena Garro
Título Original: La casa junto al río
Editorial: Ediciones
B
Páginas: 152
Categoría: Drama
Gótico
Consuelo no tiene dinero, coloca toda su
vida en unas maletas que llevan más libros que vestimenta o recuerdos y se
dirige hacia el pueblo de Covadonga en España. Hizo un largo y extenuante viaje
desde México para conocer detalles de su pasado. Un pasado que le es nebuloso y
que quedó en ese pueblo sin saber el desenlace. Pero desde el momento en que
coloca un pie en ese pueblo se siente extraña, forastera, toda la gente la
observa y parecen obstinados en guardar en secreto todo lo relacionado a su
familia. Se encuentra con varios personajes que dicen ser sus parientes, le
dicen señas confusas de sus familiares, le dicen que no tiene parientes, que
miente. Todo parece indicar que Consuelo molesta en el pueblo, su llegada los
irrita, ella no sabe bien por qué. Y este caldo se cocina a fuego alto, porque
nos encontramos en una España revolucionada, donde toda la gente tiene etiqueta
política, se la considera comunista y más aún viniendo de México.
Desde un comienzo los dos puntos resaltantes en
la trama son la obsesión con el pasado y, a su vez, el hecho de ser extraña en
un lugar que le fue propio en un determinado momento. Consuelo recuerda la
muerte de sus padres y, luego, haber quedado al cuidado de sus tíos, quienes
fueron sacados de pronto durante una noche con gran escándalo, y, lo próximo
que sabe es que ella y su hermana fueron enviadas a México. Su pasado no es
claro; es joven, pero puede notarse que ha quedado estancada, que no puede avanzar
si no soluciona este problema.
Mañana, en las cabañas junto al río Loing- Alfred Sisley |
Enfrentarse al reflejo del pasado produce el exacto pasado y buscar el origen de la derrota produce la antigua derrota. Consuelo lo sabía. Sin embargo, sólo le quedaba ir al encuentro del pasado remoto que estaba en su memoria. Si lograba encontrar los restos de la casa junto al río encontraría su presente, dejaría de ser sombra flotando en ciudades sin memoria. ¡Todos habían muerto! Sólo quedaba ella, perdida entre millones de desconocidos.
La gente de Covadonga no la ayuda, ella debe valerse de los recuerdos y de lo
que el lugar pueda producirle. Pero ese pasado obsesiona a Consuelo, no la deja
tranquila, y a manera de cerrar la historia, está allí entre desconocidos,
mendigando información y siendo vigilada, mientras camina y recorre ese pequeño
pueblo y mira de lejos esa casa junto al río en la que compartía su vida junto
a sus tíos.
EXTRANJERA EN TODOS LADOS
Un río- Isaac Levitan |
Consuelo se encuentra en el micro que la lleva
hasta Covadonga y desde allí siente las miradas, como si desde el momento en el
que pisó España se siente foránea, a pesar de haber nacido allí. Hay una
desconexión con su origen, pero a su vez no se siente identificada con México,
a pesar de llevar seguramente su acento y costumbres, siendo que fue criada en
ese país desde pequeña.
Era una paria. En ambos lados del océano era extranjera y
sospechosa. Había huido a México, y después había huido de México. Su pasado
era una sucesión de casas extrañas, rostros desconocidos y palabras no
pronunciadas. No tenía absolutamente nada qué decir a los vivos. Todos los
seres de este mundo le producían terror y para esconderse de ellos, buscaba a
los otros, a los muertos.
El
hecho traumático que pasó de niña, cuando la arrancaron de su familia, de su
país y la llevaron con otras personas y otro país, hace que ella se sienta
intrusa todo el tiempo, y no es solo su percepción sino que todos la hacen
sentir una molestia que no debe preguntar más sobre sus familiares.
—¿Y cuándo murió?... ¿Cómo
murió el tío José Antonio? —preguntó Consuelo.
El viejo entrecerró
los ojos, se llevó un dedo a los labios, dudó unos instantes y se
dejó caer, abatido, sobre su lecho.
—Señora, deje usted en paz a los muertos —musitó. El silencio cayó en la
habitación.
La
vigilan, saben todo de ella, cada paso que da. Por momentos el pueblo parece
ser parte de un microcosmos, un pensamiento, porque lo va haciendo Consuelo
todos lo saben, a pesar de no haber estado presentes físicamente cuando las
cosas suceden. Todos saben lo que hace y los pasos que da. Tiene reuniones con
algunos de los habitantes del lugar y al segundo se cruza con alguien que le
dice algo que deja entrever que ya se sabe sobre la reunión que acaba de tener
y lo que dijeron (a pesar de que no hay manera). Casi se puede sospechar de que
se tratan de seres especiales porque algunas situaciones no pueden explicarse.
La soledad oscura del pueblo cayó sobre Consuelo como
una campana de vidrio. Se hallaba dentro de una jaula expuesta a todas las
miradas y sin la posibilidad de que nadie la escuchara.
Consuelo
se mueve con cautela por el pueblo, lo recorre e intenta hablar con cada uno de
sus habitantes, pero cada uno le dice cosas diferentes. Escucha de todo: que
esas personas que buscan nunca vivieron allí; que no pregunte más lo que pasó
esa noche; que no traiga ideas comunistas al lugar; que gente que no conocía
dice ser su pariente; que se cuide.
T.S. Steele- El arroyo en el bosque |
LA POLÍTICA TIÑE LOS RECUERDOS
El
momento político en el que está transcurriendo la historia es durante el post
franquismo, lo cual lo hace un ambiente de cuidado, de resguardo, por lo menos
en ese pequeño pueblo. Consuelo es considerada comunista por venir de México
(en relación más aún en esa época), tiene algo de lógico el miedo que sienten
por su presencia, y, a la vez, son despectivos en el trato hacia ella. Es
sabido que México fue cuna de exiliados de Europa, cuna de comunistas como
Frida Kahlo, Diego Rivera y la llegada de Trotsky. Entonces tenemos a una
España que recientemente sale de la ultra derecha y a un México que supo ser de
izquierda, esta situación da la oportunidad para colocar un peso más en la
espalda de Consuelo quien solo quiere saber qué sucedió con sus familiares.
—¡Ta, Ta, Ta! En el pueblo todos sabemos que eres comunista.
No hables de política. Aquí la Derecha tiene el poder —empleaba una voz
impersonal.
Consuelo quiso decir algo, pero Ramiro no le permitió
decir una palabra.— ¡Ta, Ta, Ta! Tengo las pruebas.—¿Cuáles pruebas? —preguntó
aterrada.Ramiro se balanceó de atrás a adelante y de adelante a atrás. La miró
a través de sus gafas de arillos niquelados, con condescendencia, y se volvió,
pues del café salían Joaquín, Josefina y Concha, que se detuvieron a charlar
con ellos. Fue entonces cuando se acercó el hombre de la cazadora verde.—¡Comunista!
—le gritó con voz estentórea.
Es
por esto que la situación personal de Consuelo es confundida por la situación
política que pasa el país. Desconfían de ella como si fuera una infiltrada,
alguien que está tramando cosas a sus espaldas, temen verse perjudicados en un
punto, y por otro lado, buscan que se vaya.
En la
mayoría de las ocasiones Consuelo no habla, solo se expone por medio de sus
pensamientos el hecho de no estar de acuerdo con lo que se está diciendo o no
recordar situaciones del pasado de esa manera. No habla lo suficiente, ni
repregunta o argumenta algo diferente a lo que oye. Solo sabe callar. Esto hace
que la historia vaya atrapándote porque desde el primer momento podemos caer en
la creencia de que Consuelo se ha metido en la boca de un lobo que la conoce y
la dejó escapar años atrás, y ahora ella vuelve un poco por escuchar el aullido
y otro poco por deseos propios.
Consuelo comió el pan con queso, en silencio. Sabía que
Amparo le estaba mintiendo y que ella se encontraba en el centro de una madeja
de embustes, que tarde o temprano descifraría. La voz falsamente dulce de la
hostelera la irritó. "¿Por qué si eres tan buena me dejas sin agua en los
grifos del baño, escondiste a Elvira y la sacaste cuando me enteré de que se
alojaba aquí?" Le hubiera querido preguntar, pero calló. Amparo permaneció
junto a ella, observándola.
Podemos
comenzar a apreciar cómo esta joven frágil va cayendo en la extrañeza de ese
pueblo y cómo parecen divertirse con ella.
La
vida de Consuelo se encuentra estática en el tiempo. No tiene pasado, solo un
rompecabezas en el que otras personas solo intervienen reteniéndole piezas
vitales. No tiene futuro porque quedó estancada en ese pasado irresoluto. El
presente es un movimiento ambivalente entre estos dos estados.
En síntesis, en La casa junto al río resulta impresionante encontrar que un autor, un libro, que puede aún conmover, hacer vibrar a un lector de ésta forma. Eso es lo que me ha pasado con esta maravillosa historia.
Garro elige contar de manera poética situaciones peligrosas, llena de reflexiones de la protagonista y con un ambiente estático, que parece no avanzar, que acorrala, que ahoga.
#MusicForReaders
#Books&Music
Es la seccion en la que pongo una canción elegida por mi, que me
parece que combina perfectamente con la trama del libro reseñado:
BookSountrack para "La Casa Junto Al Rio": Riverside
de Agnes Obel
Préstenle atención a la letra y verán...
I walk to
the borders on my own
(camino hacia la orilla por mi cuenta)
To fall in the water just like a stone
(Solo para caer al agua, como una piedra)
(Solo para caer al agua, como una piedra)
Chilled
to the marrow in them bones
(Siento un escalofrío que llega hasta la médula de mis huesos)
(Siento un escalofrío que llega hasta la médula de mis huesos)
Why do I go here all alone ?
(¿Por qué me dirijo hacía ese lugar completamente solo?)
(¿Por qué me dirijo hacía ese lugar completamente solo?)
Oh my God, I see how everything is torn in the river deep
(Oh Dios mío, puedo ver como todo se desgarra en lo profundo del río)
And I don't know why I go the way
(Y no sé por qué me dirijo)
Down by the riverside
(Oh Dios mío, puedo ver como todo se desgarra en lo profundo del río)
And I don't know why I go the way
(Y no sé por qué me dirijo)
Down by the riverside
guauuu la canción súper y todo el análisis, muy padre reseña, gracias.
ResponderBorrarAy muchas gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado. Saludos.
BorrarConozco la verdadera casa junto al río. Se trata del Río Sella a su paso por Cangas de Onís, en Asturias, España. La casa es actualmente propiedad del Ayuntamiento. Se puede visitar por dentro pues está dedicada a museo y oficina de turismo.
ResponderBorrarHola, no tenía idea de eso. Gracias por molestarte en comentarlo. Supongo que si se visita el lugar esperando alguna similitud con el que describe el libro no se encontraría ya eso, eran otros tiempos. Saludos.
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