miércoles, 1 de abril de 2020

RESEÑA: Top Model- Naomi Campbell


Autora: Naomi Campbell (Caroline Upcher)
Título: Top Model
Título original: Swan
Traducción: Rosa Arruti
Editorial: Editorial Atlántida
Páginas: 385
Categorías: Modelaje



Swan es una modelo de pasarela que se encuentra en la cima de su carrera profesional: es la top model más reconocida y convocada a nivel mundial. Cuando parece que su vida no puede ir mejor –acaba de casarse en secreto y planea retirarse de las pasarelas para disfrutar de su vida matrimonial- recibe llamadas telefónicas amenazantes que provienen de un misterioso hombre.
Por otro lado el contrato más codiciado, y mejor pago por empresarios japoneses, para modelar -que posee en la actualidad Swan- va a quedar vacante en cuanto ella se retire. ¿Quién será la afortunada, la nueva chica, que gane el contrato Swan? 




En estas últimas semanas en que tratamos de estar bajo cuarentena en nuestras casitas ( # StayAtHome # QuédenseEnSusCasas ) me decidí a terminar, de una vez por todas, con la reseña de este libro. Lo leí en enero y recién ahora junté fuerzas para escribir lo que sentí por la pésima elección de lectura.

Lo que me sucedió con este libro fue una cuestión bastante curiosa, puedo afirmar hoy día que caí de pleno ante una trampa del packaging. Compré este libro hace muchos meses al verlo en una librería. Se hallaba ubicado en una estantería que en la propia librería correspondía a “biografías/memorias”, creyendo que se trataba justamente de la vida de Naomi Campbell (calculo que todos saben que es una modelo muy conocida).

El libro es de tapa dura, sin contraportada, sin sinopsis, sin información: sólo una gran fotografía de Naomi Campbell. Ya dije que creía que era su biografía, ¿no?, bueno con la descripción que les hice de que estaba en esa sección de la propia librería pueden suponer, como yo, que el empleado de ese lugar al ubicarlo ahí se basó en lo mismo que pensé. 


CONFUSIÓN

La historia se ubica temporalmente en el año 1994 desde la perspectiva de una top model en plena pasarela –“ah… empieza ya desde una época en que ya era famosa Naomi” pensé- que va pensando acerca de situaciones que se viven en la vida de supermodelo.
 
“Ahí afuera debía de haber dos mil quinientas personas: como mínimo quinientos compradores, digamos que mil quinientos periodistas y al menos trescientos fotógrafos, todos ellos apretujados en una calurosa carpa durante cuarenta minutos de teatro que al diseñador le iban a costar un cuarto de millón de dólares. Le eché una ojeada. No parecía demasiado inquieto. Al fin y al cabo contaba conmigo. Habían venido a ver sus ropas pero también habían venido a verme a mí. Yo era la que tenía que conseguir que se produjera el milagro. En otros tiempos, mostraban la ropa modelos anónimas de la casa, chicas de sociedad bien educadas y preparadas exclusivamente para caminar graciosamente por la angosta pasarela; parecer elegantes, darse la vuelta en el lugar adecuado, a cambio de una miseria por sus molestias. Ahora, no nos limitamos a mostrar las ropas: las vendemos. La industria de la moda, como cualquier otra, se ha vuelto tan competitiva que los diseñadores por sí solos ya no pueden captar la atención como solían hacer. Ahora tienen que recurrir a modelos como gancho para vender sus ropas.
Las elegantes maniquís de la pasarela han sido sustituidas por muchachas ágiles, llamativas, conocedoras de la calle, cuyo aspecto accesible transmite siempre el mismo mensaje:
     <<Estoy sexy con esta ropa, cómprala y tú también lo estarás>> …
… Una top model consigue que cualquier cosa parezca sexy, y dicen que yo soy la más sexy de todas.

Al ir avanzando y avanzando la lectura me fui dando cuenta de que la protagonista era una chica llamada apodada Swan (“Cisne”) debido a su largo cuello que es comparado con el de un cisne; y que el libro era una ficción. Se imaginan mi cara cuando todo lo que leía del inicio con una escena en la que Naomi –sí, todavía Naomi- salía a la pasarela, era la mejor de todas con el ego allá en la estratósfera como sabemos bien que ella lo tiene, y cómo salvaba un desfile que iba a estar arruinado sin su aparición, y que aparecían otras modelos. Sigo con la historia de Naomi, de quien me entero con este libro de que le dicen Swan –"no lo sabía"-  y que la protagonista se autodescribía:  

Era flacucha de veras. Nadie podía entender de dónde había salido. Mi padre era rubio, a mi madre le gustaba describir su cabello como castaño rojizo

¿¡QUÉ!? ¿Leí bien? Que de chiquita la apodaban Swan, bueno, yo que sé de la vida de Naomi. Puede ser. Ahora que esto… Pensaba cuáles eran las probabilidades genéticas, fenotipos recesivos, etc. Fui a consultar a internet y fue una conjunción de chascos uno seguido del otro.           

Me llevó unas cuantas páginas enterarme de que leía una ficción, pero decidí seguir adelante, darle una oportunidad a la historia y ver qué me parecía.

La primera mala decisión fue comprar el libro: la segunda, leerlo pero incluso luego de saber que no era lo que esperaba al comprarlo –no era una biografía- seguí leyéndolo. Lo peor empezó a presentarse ante mí sin forma ni sentido alguno. Después de todo, terminé descubriendo su biografía más por google que por este libro, y me parece una persona horrible, lo que esperaba que represente se viene abajo en seguida. Es conocida por tener juicio tras juicio por maltratos a su servicio doméstico y asistentes, y realizar cursos de control de la ira. Se ve mucha violencia de su parte, es más no sé cómo sigue teniendo un nombre más allá de lo que representó en el pasado.

Que no se me malentienda, no tenía ningún prejuicio especifico con la autora, ningún preconcepto, al leerlo empecé a notar que los personajes que se iban presentando eran caricaturescos, acartonados, y la trama –si es que hubiera una- era como si fuera de telenovela, melodrama absoluto. 

SWAN Y SUS MIL SECRETOS

Kate Moss y Naomi Campbell en los '90
Primero tenemos a Swan una hiper-mega-recontra conocida top model inglesa cuyo verdadero nombre es Lavinia Crichton-Lake. Ahí habrá querido hacer algún juego de palabras la autora con las palabras Swan –“cisne” y Lake –“lago”- digo yo, porque este libro no te ofrece grandes certezas con respecto a un sinfín de cuestiones.

El libro quiere jugar con una constante sucesión de “apariciones especiales” de famosos de la vida real que aparecen y se relacionan con ella. Entre quienes recuerdo ahora estaba, por ejemplo, John Kennedy Junior (el hijo del Kennedy que fue presidente de EE.UU.), Anna Wintour (editora del Vogue americano), y otros (Imaginarán que todo esto me hacía pensar que leía la biografía de Naomi ) Describe en pocas líneas la vida de ella, su niñez, su relación con su familia

Necesito sentir el confortable bienestar de mis raíces a mi alrededor. Adoro Nueva York pero sigo siendo inglesa … Creo que por mucho éxito que tenga una modelo, debe intentar permanecer en estrecho contacto con su familia. ¡Si pudiera practicar lo que predico! Quiero muchísimo a mis padres pero, desde el escándalo, mi familia se ha ido desintegrando y hasta que no se resuelva todo debo contentarme con las antiguas y apreciadas pertenencias familiares como pobre sustituto del amor y el calor de mi madre y padre.
Por supuesto, tengo a alguien que me consuela. A menudo me deleito en la idea de haber sido capaz de ocultar a la prensa el hecho de que llevo casada seis meses hasta la fecha.
Si ese fuera mi único secreto…

Sin cesar la autora gira en la ambigüedad de contradicciones, va a los extremos una y otra vez: en un momento ella es la modelo con más ego del universo, la mejor de las pasarelas y en otro la quiere mostrar como super humilde ratón de biblioteca. Se supone que es muy reconocida por su rostro, pero tres segundos después te dicen que aunque los paparazzis viven escribiendo historias sobre ella no saben su secreto.

Recuerdo la primera vez que viajé en Concorde. Estaba pasmada de veras por el número de rostros conocidos internacionalmente que había a bordo. Necesité un rato para advertir que los demás pasajeros no paraban de dirigir rápidas y furtivas miradas en mi dirección. Fue entonces cuando empecé a comprender que, por supuesto, la mía era la cara más famosa de todas, ya que mientras todos los demás eran conocidos únicamente por lo que hacían más que por su aspecto, yo era una celebridad únicamente por mi aspecto. Nada más. Sólo mi rostro, y mi cuerpo y el modo extraordinario en que se plasman en las fotografías.

Que en realidad tiene demasiados secretos, no es tan solo uno, como para que la prensa no los supiera: uno es que se casó hace meses y que planea retirarse, el segundo incluye un femicidio cometido por un miembro de su familia.

Y un tercer secreto que sumo es el de que es acosada por un tipo, El Mensajero, que sabe un cuarto secreto sobre ella y le deja mensajes telefónicos en su contestadora automática. Alguien que la amenaza con dar a conocer fotografías de ella cuando era joven, que supuestamente le arruinarían su imagen pública. A todo esto me pregunto: ¿Y qué le importa que le “arruinen la imagen” si ella se quiere retirar y dejar de vivir de su imagen? Eso sin contar que pasamos de un secreto que nadie sabe a que, en realidad, eran miles.

Además, cuando te describen el contenido de la foto sabemos que es una foto hiper tonta y que el acechador te aburre de lo largo que la hace. No se si se acuerdan hace años cuando aparecieron fotos de una modelo, Kate Moss, drogándose, y el mundo de la farándula la acosó sin reparos. Eso era considerado algo escandaloso, la foto que se supone le sirve al Mensajero es increíblemente sosa. Vas a amenazar a alguien, vas a chantajear a alguien, ¡pedí lo que querés de una vez! Hojas y hojas de mensajes en los que le habla, le dice que la quiere chantajear, que no vaya a la policía, etc. Es aburridísimo. Transcribo para que se aburran como me ocurrió a mi:


“ Cuando sonó el teléfono di un brinco. ¿Sería él? No, por supuesto que no. Nunca llamaba cuando yo estaba en casa. De un modo u otro él conocía todos mis movimientos.
Yo le llamaba el Mensajero.
Todo había empezado seis meses atrás. Acababa de regresar a casa después de un trabajo en el Caribe y me encontré con el primer mensaje:

<<- ¿Swan? ¿Estás ahí? ¿Has tenido un buen viaje? Lo espero de todo corazón porque lo que te tengo que decir puede transtornarte un poco. Qué pena que el New York Magazine hiciera recientemente aquel reportaje fotográfico sobre ti. ¿Sabés por qué? Aparecía esa foto tuya de cuando eras mucho más joven, aproximadamente diecisiete, dieciocho años, no mucho después de que empezaras, supongo. De cualquier modo, si no hubiera visto esa ftografía hoy no te llamaría. Ahora tienes que hacer algo por mí. Apaga el contestador y mira la correspondencia hasta que encuentres un sobre azul para correo aéreo con un matasellos del aeropuesto de Heathrow de Londres. Lo abres y luego vuelves a oir los mensajes. Estaré esperándote. >>
Lo extraño es que obedecí sus instrucciones sin pensar. Tenía una voz bonita, suave, melodiosa, de procedencia difícil de ubicar: ni inglesa, ni americana, algo intermedio, algún lugar no identificable en medio del Atlántico. Encontré el sobre…
…empezó el segundo mensaje.
<<-¿Lo has encontrado, no? Qué pequeño encanto eras, ¿no crees? Y, por supuesto, lo sigues siendo. Yo fui quien hizo la foto que está en el sobre. La he conservado desde entonces. La imagen ha permanecido siempre conmigo. No podía quitármela de la cabeza. A menudo me preguntaba quién sería la muchacha que aparece en ella; de algún modo me resultaba tan familiar, sólo hizo falta ver tu fotografía en ese reportaje y lo supe. Te reconocí de inmediato. La misma muchacha de esa imagen que saqué hace tantos años. ¿Pero qué estabas haciendo Swan? ¿Quién es el tipo que está contigo? Es mayor que tú y, ¿por qué te está dando toda esa cantidad de dinero? ¿Qué tuvo que hacer por él una muchachita guapa como tú para ganarlo? No tiene buena pinta, Swan. Por cierto, no sirve de nada pedir el negativo. Se puede hacer una copia de una copia y tengo un montón. Y al ponerla junto a esa foto tuya en NY es fácil reconocer que se trata de la misma muchacha. Tú. No, no la he enviado a ningún periódico. No se lo he dicho a nadie. Creo que primero esperaré, a ver qué quiero de ti. Tendrás noticias mías. Adiós.>>
Desde entonces sus mensajes se hicieron regulares, nunca me amenazaban con nada concreto, pero se volvían gradualmente más inquietantes…
(…)
¿Vivía en mi edificio? ¿Me vigilaba de cerca? ¿Quién era? ¿Se aproximaba? Me sentía como Whitney Houston en El Guardaespaldas. ¿Necesitaría yo uno? Quizá debiera llamar a Kevin Costner…

Endá iá iá ioluais loviuuuú

Tenés las pruebas grabadas en tu contestadora Swan, volá y denúncialo.
¿Tan fácil era conseguir el teléfono de Swan? El Mensajero dice que la reconoció por una revista. Ajá, vio la revista la reconoció, se acordó que hace años le había sacado una foto a una adolescente igual y mágicamente consiguió el numero de la chica más famosa del mundo. 

El Mensajero le deja mensajes cuando sabe que está en la casa, por ende, la vigila y ¿me vas a decir que no vio o se enteró del marido? Le podría haber chantajeado con contar ese otro secreto a la prensa. Era la caja de Pandora de secretos esta mujer.

Empiezan como trescientas hojas acerca del mundo del modelaje y capítulos específicos referidos a nuevas caras de la agencia de modelos de Swan (en este libro pareciera que no hay más que una sola agencia). 

En un momento determinado El Mensajero, al fin, le comunica qué es lo que quiere que ella haga a cambio de no dar a conocer la fotografía: quiere que ella use sus influencias para que una chica específica gane un concurso. 

Que empiecen los juegos del hambre


Hasta acá sonaría que todo el libro va a ser acerca de quién será la nueva jovencita que ganará el “contrato Swan”. Pero no... nos cuentan chica por chica.


Los personajes  más importantes son las siguientes:



ANGIE: una chica adolescente que vive con sus hermanos menores y su padre. Su madre los abandonó hace años y ella está tratando de ingresar al mundo del modelaje por necesidades económicas. Pero es criticada diciéndole que no da para ser modelo su cuerpo, así que se esfuerza yendo gratis todos los días a servir café y llevar papeles y hacer lo que sea en la agencia de modelos porque necesita un trabajo. Su esfuerzo dará frutos y se convertirá en algo así como nueva agente.



TESS TUCKER: pelirroja de ojos verdes de 1,80 mts. Su padre posee un kiosco de venta de periódicos donde ella ayuda y los clientes le dicen constantemente que es “tan linda como Cindy Crawford o Claudia Schiffer, así que debería ser modelo”. Su madre está en silla de ruedas y ella quiere unirse a una agencia de modelos para ver si logra ganar dinero para ayudar económicamente a sus padres y lograr comprarle a su madre una silla de ruedas motorizada más cómoda y moderna pero que le es inaccesible económicamente.





CELESTIA FAIRFAX: nieta de Fiona Fairfax quien resulta ser una modelo de gran belleza en los años ’70, aristocrática. Precisamente debido a su apellido y belleza en cuanto entre al edificio de representantes de modelos va a ser contratada.





GIGI GARCÍA: al inicio vive en Miami, hija de emigrantes ilegales en EE. UU que habían sido “Marielitos” (refugiados que en 1980 habían llegado a Miami en barco desde el pequeño puerto de Mariel, en Cuba) “eran inadaptados cubanos, pobres, sin educación, y muchos de ellos, incluido el padre de Gigi, delincuentes recién salidos de la cárcel.”
Su padre se ahogó tratando de llegar a EE. UU. Y cuando su madre fue deportada, la beba de once meses, quedó bajo el cuidado de una mujer llamada Elena García, esposa de otro refugiado, que trabaja haciendo limpieza en hoteles de la zona. (Más adelante hablaré un poco más del personaje de Gigi porque me parece que el trato que tuvo en toda esta novela es deplorable)





CASSIE ZIMMERMAN (CASSIE DYLAN): rubia californiana de 16 años, ojos color violeta, “encantos nórdicos, pelo casi blanco de tan rubio”. El padre es un abogado del mundo del espectáculo judío. “Hija única en una mansión de Beverly Hills…con una sirvienta filipina a su entera disposición”. Ajá. Este personaje por lo único que quiso ser modelo era porque no quería mudarse a Nueva York así que decide unirse a la agencia de modelos.




AMY LA MAR: londinense, segunda generación de jamaiquinos, de piel negra.
“Me pone furiosa que me pregunten de dónde soy simplemente porque soy negra. Soy inglesa, sin más, como todo el mundo”. Amy tiene un novio llamado Marcus y dice acerca de él que:
 “insiste mucho en la dignidad negra y el orgullo negro. Nos llama afrocaribeños”.
La madre es evangelista de la Iglesia de Pentecostés, tiene dos hermanitos y el padre los abandonó. Tiene 16 años, mide 1,77 mts.
“No es que yo sea una belleza mestiza con ojos de gacela y un tono claro de piel. Mi cara es absolutamente negra y llevo el pelo muy corto.”
Es la única modelo que tiene piel negra en la novela, la única representación afroamericana en las pasarelas lo que para mi constituye una absoluta ver-güen-za. Este libro se supone que está escrito por la modelo Naomi Campbell y en su propio libro no hay representación de modelos como ella. ¿A quién se le ocurrió esto? ¿Qué editor leyó esto y le pareció bien? Hay momentos en que, literalmente, le dice su agente que por su tono de piel no hay tanto trabajo para ella:

“no voy a andarme por las ramas, Amy. No hay, mucho trabajo para las chicas negras, pero creemos que deberías participar en la competición. La verdad es que necesitamos una cara negra. Es alarmante el bajo índice de chicas como tú que se han apuntado.
No me gustaba lo que estaba oyendo. Yo no me había presentado porque era negra. Puede parecer extraño, pero, en realidad, nunca me hacía topado con reacciones racistas. Mi madre nos había educado para que entendiéramos que antes que nada eramos personas y que la importancia del color de nuestra piel era completamente secundaria”.





LA MUJER TIENE LA CULPA 

En el libro se presentan varios temas que me parecieron polémicos y que fueron tratados de modo banal horrible. Un asco me dio, primero, que quisieran plantear que una historia acerca de la niñez –niñez acomodada en Gran Bretaña, de familia de clase alta- de Swan; acerca de qué sucedió cuando ella era chica y se jubila su nana y los padres deciden contratar a una nueva niñera. La autora la presenta lisa y llanamente como “chica trepa que usa su cuerpo para engatusar al hermano adolescente de Swan, Harry”.

Molly Bainbrige era de Liverpool. Tenia veinte años y, como me hizo saber a los cinco minutos de su llegada, no era una niñera. Era una modelo. Cuidar niños era algo que hacía para tener  un techo sobre su cabeza… Sólo puedo recordar que me quedé demasiado abstraída, mirándola como una tonta, como para prestar atención a lo que decía. No había visto a nadie parecido a ella. Era increíblemente alta y tenía las piernas muy largas enfundadas en unas medias negras y unas tetas enormes. Al recordarla ahora me doy cuenta de que debía de ser muy vulgar. Siempre iba maquillada en exceso y no dejaba de repetir que tenía que estar preparada por si acaso su agencia la llamaba y la enviaba a un casting. Esto último nunca llegó a suceder…
Es muy posible que hubiera aceptado felizmente a Molly si no hubiera sido por el efecto devastador que tuvo sobre Harry… Mis padres, la invitaron a cenar en el comedor e insistieron en que Harry se uniera a nosotros. Sé que no debería comentar estas cosas, pero ella no sabía qué tenedor coger o qué copa de vino utilizar…
Harry, me di cuenta, se había quedado muy callado. Por decirlo en pocas palabras, se le caía la baba (…) Ella no era ninguna tonta y fue quien le indujo. Dejaba la puerta de su habitación entreabierta para que Harry la atisbara a menudo casualmente sin ropa.

Harry termina teniendo una especie de amorío con la niñera de su hermanita, cuando los padres se enteran le dicen a ella que tiene el fin de semana para juntar sus cosas e irse. Pero no llegó a hacerlo ya el domingo a la noche, al volver a la casa, los padres y Swan la encuentran muerta. Desnuda en la escalera, asfixiada con una almohada. Y su hermano Harry se había ido. A todo esto, cuando la prensa se entera es un escándalo, la familia es de la clase alta inglesa.

La autora se pone a defender al femicida como si nada, como si la vida de esa chica no valiera nada, no tuviera un trasfondo, familiares que velaran por ella, como si a nadie le importara nada. Deja además el caso sin resolver y listo. Y lo peor es leer que Swan defiende a su hermano a diestra y siniestra a pesar de los hechos presentados.

Por supuesto que Harry no era un asesino.
Pero ¿dónde estaba?
.
¿¿“Por supuesto que Harry no era un asesino”?? La autora se la pasó más tiempo criticando a la víctima, su forma de ser, cómo se vestía que otra cosa. Además de defender al acusado de femicida que se fugó.

Segunda situación horrible: es acerca de una de las modelos que se presentan a lo largo del libro, candidatas al preciado puesto de la “nueva modelo Swan” para el contrato millonario con unos japoneses, su nombre es Gigi García.

Constantemente la autora describe de modo despectivo a ciertos personajes que justo, justo no son las aristocráticas, millonarias que deciden incursionar en el modelaje. Critica a las que vienen de las clases bajas, a las solitarias sin familias que reclamen por ellas, por su seguridad física. Y su personaje favorito a señalar de una manera tan baja y despectiva es Gigi. Este personaje es hija de cubanos que trataron de ingresar ilegalmente a Estados Unidos, es huérfana y es víctima a lo largo del libro de vilezas y maltratos. Su forma de vestir, su cuerpo exuberante es una excusa constante para que la autora la haga vulgar y que todo lo que le pase se lo merece o ella se lo buscó: solo basándose en su cuerpo.

La autora la hace sufrir de todo, la muerte de la única mujer que la cuidó como si fuera la madre, hacer cosas por conseguir dinero, violencias varias incluida una de su pareja del momento, para llegar a la cúspide de la mierda. Y si, esto tal vez alguien que lo haya leído crea que es spoiler, en parte lo es, pero no creo que quieran que otros caigan con este libro.

- ¡Jódete de una puñetera vez! –gritó Gigi por teléfono. Iba a tener que hacer algo con aquel tipo, fuera quien fuese. ¿Cómo había conseguido su número de teléfono? Desde que había vuelto a París la había llamado cada dos días, pidiéndole conocerla en persona, amenazándola cuando decía que no. Gigi aún no sabía quién era. Él había afirmado ser su admirador más incondicional, que la había visto en una sesión de fotos, que dormía con una foto suya autografiada debajo de la almohada, que quería conocerla mejor.(...)
Gigi se fue al campo para una sesión fotográfica y al volver se encontró una nota en el apartamento. No sólo había estado allí sino que había dormido en su cama y había utilizado su ducha …

La someten a un momento definitivo de soledad, maltrato, acoso y final desconocido en el que a nadie le importa saber su paradero –porque la autora hace como “si no tiene familia nadie va a reclamar por su cuerpo y bueno… asi es la vida” horrible- y listo, a nadie le importa. Como si no tuviera amigas, nada. Libro de cuarta.

Sin mencionar que vuelve a repetir la situación de que ¡cualquier loco tiene acceso al número telefónico de una modelo en esa agencia! 

… Angie se acordó del admirador que no había dejado de llamar mientras Gigi estaba en Londres, y una empleada de Étoile en París dijo que había dado el número de teléfono de Gigi a alguien a quien no se había molestado en preguntar el nombre.

Todo esto de una empleada de agencia dando datos personales de sus representadas a cualquier tipo peligroso me hizo acordar a un caso real que no sé si conocen. El caso de Rebeca Schaeffer asesinada en 1989 en California, EE. UU. Si no lo conocen búsquenlo, es un caso muy conocido.


LAS AUTORAS

Naomi Campbell en la presentación de "su" libro
Si uno se pone a mirar la hoja del nombre original del libro descubre que no se llama “Top model” sino “Swan”: otra estratagema que ayudó a mi confusión y, creo, que ya puede comprobarse que la confusión es buscada por la editorial, como sabiendo que este libro va a ser el más invendible de la historia. Pero también descubrimos que el copyright del libro lo tiene Naomi Campbell, y entre paréntesis una tal Caroline Upcher.

La autora es definitivamente esta mujer llamada Caroline Upcher, que pareciera ser conocida en el mundo editorial por ser la editora del libro “Los puentes de Madison”. Sabemos de ella que es inglesa, vivió en África y en Paris. Trabajó como escritora, guionista, escritora fantasma y editora. Creo que este último punto es lo más llamativo (o grave) de la cuestión, porque el libro es malísimo con ganas, tiene huecos por todos lados, no tiene argumento claro, etc, etc, etc. Todo parece ser más un chiste de ella hacia lo estúpidas que le parecen las modelos.

Lo que más le reprocho a este libro es que en su historia los dos personajes de piel más oscura sean los más bastardeados. Si el libro es vendido con el nombre de Naomi Campbell en portada, siendo ella una de las primeras modelos de piel negra en lograr reconocimiento internacional, cómo no tiene por lo menos UN personaje de piel negra profesional y respetado, alguien con la bandera de que el color de piel no debe ser un impedimento para lograr cualquier cosa y que no debe usarse eso como limitación. No sé, algún mensaje estimulante para quien la admira. Obviamente, la novela habla de discriminación, muy lateralmente, cuando pone empresarios que no quieren elegir a una modelo solo por ser negra, porque una modelo negra vende menos. Pero las elecciones que hace la autora (Upcher), aumentan la discriminación en estos personajes, haciendo de sus vidas un constante maltrato sin sentido, vidas miserables de mal final mientras que a sus modelos blancas no les pasa eso. Es una vergüenza y una traición a lo que Campbell representa, por eso digo que parece un chiste, una burla de la escritora fantasma, como sabiendo que ni Naomi ni su agente –ni la editorial- iban a leer realmente el libro, solo venderlo con el nombre de una de las modelos del momento en su tapa y su foto en contratapa. Todo parece ser un curro más para que se siga viendo el nombre de la modelo en cuanto producto se pueda. Tal vez estoy pidiendo algo que ni siquiera la misma Naomi se plantea, mucho menos en su momento de mayor exposición y éxito, donde no tiene competencia y si necesitan a una modelo negra que contratar será el nombre pronunciado. Y es que ni siquiera ella, en la presentación de su libro, sabía decir de qué se trataba, demostrando que no lo había escrito ni leído ni le habían hecho un resumen y si se lo habían hecho no lo había leído ni se lo habían contado. Nada de nada.

Lo único que puedo encontrar como pequeña victoria dentro de tanta estafa es que mi plata no fue al bolsillo de Naomi ni la editorial que la publicó, sino a la de una librería de usados.

Pues este billete no será tuyo, Naomi





En síntesisSWAN,  no me gustó nada de nada, me costó horrores avanzar página tras página. Creo que es un libro que pretende ser un thriller, pero se queda en el camino sin terminar de ser realmente nada. No es un libro que recomendaría ni a un enemigo, si es que tuviera alguno. Lo único que me alentaba a terminar de hacer la reseña fue el BookSoundtrack que tenía en mente para el mismo (es una canción que amo con el alma).




Es la sección en la que pongo una canción, elegida por mi, que me parece que combina perfectamente con la trama del libro reseñado: 

 BookSountrack para " Top Model ":  
Freedom de George Michael

Préstenle atención a la letra y verán...







To win the race? A prettier face!
Brand new clothes and a big fat place
On your rock and roll TV
But today the way I play the game is not the same (no way)
Think I'm gonna get me some happy

I think there's something you should know
(I think it's time I told you so)
There's something deep inside of me
(There's someone else I've got to be)
Take back your picture in a frame
(Take back your singing in the rain)
I just hope you understand
Sometimes the clothes do not make the man


Merci Bookú

 "... In case I don't see ya, Good Afternoon, Good Evening, and Good Night! 


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