miércoles, 9 de diciembre de 2015

RESEÑA: Áyax - Sófocles



Autor: Sófocles
Titulo Original Griego: Αίας, Aias  
Titulo: Áyax
Editorial: Gredos
Páginas: 126
Categoría: Teatro. Drama





A la muerte de Aquiles se produce la adjudicación de sus armas.  Áyax fue derrotado frente a Odiseo, lo que considera una grave  injusticia, que le lleva a tomar venganza matando a sus adversarios los Atridas. Pero la diosa Atenea, para salvar a Odiseo y a los jefes de los ejércitos, le trastorna la mente: con sus sentidos alterados causa una gran matanza en los rebaños de los griegos. Al despertar el héroe, Áyax, de su desvarío, considera que ha perdido la honra, reconoce que existe un ordenamiento moral que ha transgredido y no le queda otra salida que el suicidio.








Esta historia pertenece al teatro griego y se trata de una tragediaSabemos de antemano que se trata de una tragedia y por lo tanto el final será la muerte o el destierro, no hay otra opción. 

Un coro acompaña el relato y a la cabeza de éste el Corifeo, un anciano que interviene directamente en las conversaciones, mientras el coro hace cantos como de exposición a lo que está sucediendo, son un poco la guía para el público, enfocan en lo que debe prestarse atención, lo que se debe sentir.


Ánfora con la imagen de Aquiles y Áyax jugando a los dados- Exequias

 ÁJAX, EL PODER DEL HOMBRE Y LA INSEGURIDAD DE LOS DIOSES


Al héroe Áyax no le gustó perder las armas de Aquiles, héroe mítico quien peleó junto a él. Las armas quedaron para Odiseo en la repartición, es por eso que desea llevar a cabo una venganza sangrienta y tomar por sorpresa a Odiseo y al ejército.



Áyax era un hombre fuerte que no dependía de los dioses para saberse fuerte y victorioso, y esto enojó a estos dioses, especialmente a Atenas que, fue la que tomó el toro por las astas y, le hizo saber quién era quien mandaba.
Le tendió una trampa y al mismo tiempo defendió al enemigo de Áyax, Odiseo, lo vuelve ciego ante lo que quiere hacer -destruir a todo el ejército-, y le hace creer que está aniquilando al ejército cuando en realidad está masacrando al rebaño. 

Jacob con el rebaño de Laban- Jiusepe de Ribera

Esta intervención que hace Atenas, no solo salva a los jefes del ejército y a Odiseo, sino que también expone al héroe Áyax, como un cobarde que ataca cuando el otro está desprevenido –porque los atacaba mientras dormían-, mostró que le afectó el haber perdido ante Odiseo, y lo puso en evidencia:  los dioses no lo miraban con buenos ojos y provocan su perdición.


ODISEO.— … aunque sea un enemigo, le compadezco infortunado, porque está amarrado a un destino fatal. Y no pienso en el de éste más que en el mío, pues veo que cuantos vivimos nada somos sino fantasmas o sombra vana.



ATENEA.— Por eso precisamente, viendo tales cosas, nunca digas tu mismo una palabra arrogante contra los dioses, ni te vanaglories si estás por encima de alguen o por la fuerza de tu brazo o por la importancia de tus riquezas. Que un solo día abate y otra vez, eleva todas las cosas de los hombres.



Dos frases de Odiseo rebelan el carácter de la obra, el centro en el que giran y, al mismo tiempo, el accionar de los dioses para con los hombres. La primera es la que le dice a Atenas y la segunda es una reflexión del propio Odiseo.


ODISEO –( …) tanto en el pasado como en el futuro, tu mano es la que me guía



ODISEO.— Ciertamente, todo puede suceder si lo maquina un dios



Como se ve, Odiseo, a través de solo dos oraciones mínimas, puede definir la obra entera, todo lo que sucedió y el por qué sucedió e hasta incluso sintetiza la obra entera de Sófocles.



Los dioses necesitan doblegar a los hombres, o por lo menos, que se sientan doblegados y necesitados con ellos. Es sabido que ellos se vengan, los dioses griegos no son pasivos, intervienen en la vida de los hombres con asiduidad y la modifican, los usan (ni hablar de la infinidad de historias de Zeus con doncellas).

Estatua de Palas Atenea
Atenas interviene para favorecer a Odiseo, le molesta la actitud de Áyax -la actitud de hombre todopoderoso sin agradecer la benevolencia de los dioses-, y es ella, la diosa de la sabiduría, la guerrera, la que interviene, es importante el asunto por ello.


MENSAJERO - … se mostró un inconsciente, a pesar de los buenos consejos de su padre, que le decía: «Hijo, desea la victoria con la lanza, pero siempre con la ayuda de la divinidad.»

Pero él, de forma jactanciosa e insensata, respondía: «Padre, con los dioses, incluso el que nada es, podría obtener una victoria. Yo, sin ellos estoy seguro de conseguir esa fama.» Con palabras tales alardeaba.

En otra segunda ocasión, a la divina Atenea, cuando le decía, animándole, que dirigiera la mano homicida contra los enemigos, le contestó, enfrentándosele, con terribles e inusitadas palabras: «Señora, asiste a otros argivos, que por mi lado nunca flaqueará ...



Atenea, por medio de su estratagema de confundirlo y hacer que atacara al rebaño, en vez de que lo hiciera contra Odiseo, pone en evidencia a Áyax: rompe su familia, muestra su debilidad, lo acorrala. También es cierto que así como lo ahogó y apretó, existe en ella también un lado "bueno" que la muestra tranquila: pues Calcas, el sabio, advierte que Áyax puede salvarse si se mantiene encerrado hasta el amanecer, si llega al día siguiente se encontrará con el perdón de la diosa.

Este aviso muestra que la diosa vio que el sufrimiento fue suficiente y que, al mismo tiempo, podemos decir que está advertido, que debe rendir tributo a los dioses, que puso en alerta a sus enemigos y no intentará hacer lo mismo.

  
 EL PAPEL DE LA MUJER



Estatua de Áyax en Grecia
Nuevamente nos encontramos ante una mujer que interviene en las decisiones de su marido, de manera especial cuando va en camino hacia su propia perdición. Tecmesa es la esposa de Áyax, teme por el futuro de su marido y en especial el de la familia, cuando su marido se encuentra tan desanimado y deprimido por el ridículo en el que la diosa Atenas lo ha expuesto.

Las primeras advertencias, que Áyax le hace a su esposa, son acerca de su autodestrucción, de su muerte, él quiere tomar la decisión de suicidarse por la vergüenza que siente; a lo que su esposa le responde que no lo haga, que piense en las condiciones desfavorables que dejará tanto a su hijo como a ella. Y es cierto, el acto suicida en este caso,  si bien es justo para terminar un ciclo, para demostrar arrepentimiento, también es injusto para la familia porque la marca y además le hace afrontar las consecuencias a las que el suicida no se prestó y huyó.

En el teatro griego se presentan, típicamente, las situaciones de destierro o suicidio como castigo (penitencia) por cometer actos, considerados por los dioses como, graves.

Tecmesa es el cerebro en la relación con Áyax, mientras que su marido es lo pasional. Ella lo intercede en el momento en que iba a atacar al ejército mientras dormía intentando hacerlo entrar en razón o ver sus actos, pero él la calla sin importarle sus palabras sino la intromisión.


TECMESA.— Vas a conocer todos los hechos, puesto que eres partícipe. Aquél, en las altas horas de la noche cuando las hogueras vespertinas ya no ardían, tomó la espada de doble filo y trataba de marcharse en una injustificada salida. Yo le increpo y le digo: ¿Qué haces, Áyax, por qué sin ser llamado ni convocado por mensajeros ni por trompeta alguna te lanzas a este ataque? Ahora todo el ejército duerme.

Él me dirigió pocas palabras, de las siempre repetidas: 
«Mujer, el silencio es un adorno en las mujeres». Cuando lo oí, yo no proseguí y él salió solo. 


A Tecmesa solo le queda aceptar lo que él diga. Es así que vemos a una mujer más enérgica en sus reclamos, pero también a un marido más enérgico en su carácter, no se discuten sus decisiones y se hace, finalmente, lo que él quiere.


TECMESA.— ¡No habría llegado a esta situación sin la colaboración de los dioses!

CORIFEO.— Pesada, por encima de nuestras fuerzas, es la carga que nos han impuesto. 

  
 PUNTOS EN COMÚN CON EDIPO REY


  • La mujer que sufre: La mujer es sufriente y cerebro de las relaciones, pone como centro el bienestar familiar y luego todo lo demás.
  •  La caida del héroe: Aquel personaje que primero se conoció como héroe, que era admirado y premiado por sus logros, y estaba en lo más alto de los peldaños de su comunidad ahora es un paria para la sociedad, para su entorno. Se pasa del punto máximo de logros a la caída más estrepitosa.
  • La manipulación de los dioses: Los dioses prueban a los hombres y reprueban a aquellos que los desafían, por más que no lo hagan conscientemente. Digamos con el solo hecho de no hacer las cosas al pie de la letra de sus pedidos, ya son condenados.
  • El sabio que advierte: Siempre aparece un sabio que despeja un poco los problemas y revela aquella información a la que no todos pueden tener acceso. Es un ser intermediario entre los hombres y los dioses.
  • La importancia del arrepentimiento: El arrepentimiento es aceptado tanto por hombres como por dioses, a través de un acto de sacrificio personal e importante, no basta con una quema de flores o animales a favor de un dios, sino con una acción que no dé lugar a dudas a que la situación ha sido reflexionada.


 


En síntesis, Áyax, es una obra que, a fin de cuentas, nos habla de las consecuencias de nuestro accionar sin pensar: lo que pasa si solo nos guiamos por lo que se siente en el momento sin pensar en lo que sucederá después. Sobre la necesidad de reflexionar por unos momentos antes de entrar en cólera. 
Habla sobre el desafío a los dioses y a las costumbres, a las jerarquías, porque Áyax no solo desafía a los dioses en su actitud de hombre todopoderoso, sino que también pasa por encima de sus superiores e iguales (dentro de su comunidad) cuando quiere destruir al ejército. 

 




Sófocles


(Colona, hoy parte de Atenas, actual Grecia, 495 a.C.-Atenas, 406 a.C.) 

Poeta trágico griego. Hijo de un rico armero llamado Sofilo, a los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar la victoria de Salamina. En el 468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al vencer a Esquilo en el concurso teatral que se celebraba anualmente en Atenas durante las fiestas dionisíacas, cuyo dominador en los años precedentes había sido Esquilo
Sófocles llegó a escribir hasta 123 tragedias para los festivales, en los que se adjudicó, se estima, 24 victorias, frente a las 13 que había logrado Esquilo. Se convirtió en una figura importante en Atenas, y su larga vida coincidió con el momento de máximo esplendor de la ciudad







#MusicForReaders           #BookSoundtrack                 #Books&Music


Es la sección en la que pongo una canción elegida por mí, que me parece que combina perfectamente con la trama del libro reseñado:




BookSountrack para " Áyax " de Sófocles:  
Jíjíjí   de   Los Redonditos de Ricota
Préstenle atención a la letra y verán...




Para tipos que no duermen por la noche

No lo soñé ¡eee-eeeeh!


Ibas corriendo a la deriva


No lo soñé ¡eee-eeeeh!


Los ojos ciegos bien abiertos


El montaje final es muy curioso


Es en verdad realmente entretenido

Vas en la oscura multitud desprevenido

 Tiranizando a quienes te han querido



#FelicesLecturas       #Sofocles      #Clásico
#Áyax

Merci Bookú


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